La línea de alta velocidad recorre Burdeos: Una primicia mundial en el sector ferroviario y un hito importante para los muros de tierra armada
El 2 de julio de 2017 se puso en marcha el primer tren de pasajeros de la nueva línea ferroviaria de alta velocidad entre Tours y Burdeos, lo que supone la conclusión con éxito de la línea ferroviaria de alta velocidad Sur de Europa-Atlántico (LGV-SEA). La construcción de la línea se completó en un tiempo récord, adelantándose al calendario contractual de seis años de estudios y obras. Se trata de la construcción de 302 km de línea de alta velocidad y de 10 conexiones de 38 km en total para enlazar la nueva línea con las ciudades del suroeste de Francia. En total, casi 10.000 personas trabajaron en este proyecto. Tierra Armada ha logrado una primicia mundial en el sector ferroviario y un hito importante al proponer sus muros de contención para las vías del tren de alta velocidad. Nuestros equipos se movilizaron durante casi tres años para ofrecer la solución ligera, fiable y duradera Reinforced Earth®, que fue elegida por el subgrupo de infraestructuras de COSEA (SGI), que supervisó el diseño y la construcción de la línea. Las ventajas son una mayor flexibilidad en el calendario de construcción, una ejecución más rápida y un mejor dominio de la multiplicidad de interfaces entre actividades, lo que permite optimizar los costes. Se construyeron 11 estructuras con la solución Reinforced Earth®, lo que supuso casi 8.500 m2 de revestimiento y 20 muros, 16 de los cuales eran muy altos (hasta 12,7 m) al final de una separación de rasantes. Esta variante técnica fue seleccionada tras un riguroso proceso de diseño y aprobación con la autoridad contratante Réseau Ferré de France (ahora SNCF Réseau). El estudio de Tierra Armada tuvo en cuenta el alto grado de sensibilidad de la infraestructura a los esfuerzos durante el paso de los trenes de alta velocidad, así como todas las restricciones del sector ferroviario en términos de accesibilidad para el mantenimiento o las condiciones de estabilidad y capacidad de carga. La exigente naturaleza del proyecto dio lugar a un grado y un volumen de estudios sin precedentes. Además, se puso en marcha un programa de seguimiento detallado de los muros de cada obra para detectar, en tiempo real, cualquier deformación del revestimiento. Para este programa de investigación y desarrollo, se instrumentó un muro de Tierra Armada® que soportaba una vía transitada con velocidades de hasta 352 km/h, en colaboración con IFSTTAR (Instituto francés de ciencia y tecnología para el transporte, el desarrollo y las redes), para comprender mejor la difusión de las tensiones dinámicas en el interior de la estructura durante el paso de los trenes. Ello brindó la oportunidad de obtener mediciones específicas de la tensión y la aceleración durante la fase de prueba para obtener un nivel de información nunca antes alcanzado, antes de que la línea se pusiera en servicio.